jueves, 23 de diciembre de 2010

Un recorrido por el coleccionismo de minerales


Por Guillermo Muñoz Chapero .Santander (1949).

Guillermo ,es doctor en medicina. Coleccionista de minerales desde los ocho años. Gran conocedor del mundo del coleccionismo de minerales.
Es la persona que cualquier coleccionista le gustaría tener a su lado, tanto por sus conocimientos de mineralogía como por su amplia experiencia del mundo de las  ferias. Desde hace tres años que le conocí a el y su esposa en la feria de Munich nos une una buena amistad; compartimos horas de charlas mineralógicas y ha sido un continuo referente,ayuda y guia en mi colección.
Tanto a él como a su esposa Conchi siempre les estaré agradecido por su amabilidad y cariño y por los buenos momentos que pasamos tanto en Santander como en Alemania. Gracias Guillermo.
Guillermo y yo en Munich - 2010


 
Pienso que una gran mayoría de los niños, durante la etapa de  paso de la niñez a la adolescencia, han tenido inquietud por conocer las ciencias de la Tierra, tradicionalmente divididas en vivas: Botánica y Zoología, y muertas(¿):Mineralogía y Paleontología. ¿Cuántos de nosotros fantaseamos en nuestra infancia con dinosaurios?. Hay  reconocidos estudiosos del comportamiento que mantienen que durante  esta etapa del desarrollo de nuestra personalidad es imprescindible esta etapa de fantaseo para lograr un desarroyo pleno de nuestra mente. Frecuentemente cuando se alcanza la adolescencia, por desgracia, muchas de estas inquietudes se desvanecen.


Buque mineralero "Ángela Pando"
A veces, como es mi caso, no ocurre así: cuando tan solo tenía 8 años y en compañía de otros tres amigos comenzamos nuestra andadura por la mineralogía. Entonces llegaban a nuestro puerto bastantes barcos mineraleros, los más frecuentes con minerales de manganeso y cromo. En cuanto leíamos en el periódico la descarga de algunos de estos barcos nos faltaba tiempo para acudir a rebuscar en aquellas enormes y peligrosas pilas; siempre teníamos premio: cualquier muestra un poco llamativa nos servía, bien por la presencia de cristales o por resultar llamativa la asociación con las diferentes gangas. También hacíamos escapadas al campo, casi todas a pie, lo más lejos a las escombreras de Reocin, pasando por las fecundas canteras de Peñacastillo, Cuchia, Puentearce, Camargo y sobretodo la zona de Udias. Reinosa y Potes estaban demasiado lejos en aquella época y no los conocí hasta años después.
Otro lugar donde pasamos muchas horas fue en la Biblioteca Menéndez Pelayo, leyendo y copiando todos los libros que había de mineralogía.
Instituto Santa Clara
 Cuando llego la adolescencia ninguno de los amigos abandonamos, seguramente en esto tuvo mucho que ver nuestro profesor de Ciencias Naturales en el Instituto Santa Clara , el recordado D.ORESTES CENDRERO. Sus enseñanzas y consejos nos sirvieron para apuntalar nuestra curiosidad científica y nuestro amor a la Naturaleza. De su diestra mano comenzamos el trabajo de organizar el gabinete de Ciencias Naturales del instituto, (que estaba hecho un desastre), al tiempo que hicimos nuestros primeros intercambios que contribuyeron a aumentar la colección (gran parte de la cual, en la actualidad, se halla en paradero desconocido).
Ya en mi etapa universitaria en Salamanca, de nuevo la suerte se cruzo en mi camino en la persona del profesor D. Antonio Arribas, magnifico geólogo, autentico creador-fundador de la Facultad de Geológicas de la Universidad de Salamanca y extraordinario conocedor de la mineralogía en general y de los minerales del uranio en particular. Es autor de múltiples libros.
Junto a sus conocimientos le adornaba el ser una magnifica persona, deseoso siempre de hacerte participe de sus conocimientos. Allí compartí muchas horas con expertos en diferentes ramas de la geología. Fue la etapa más fecunda para mi ampliación de conocimientos mineralógicos. Con ellos conoci muchos yacimientos de Extremadura y de Castilla-León. También a través de D. Antonio conocí e hice amistad con el más importante coleccionista español de todos los tiempos: D. Joaquín Folch i Girona; su colección continua siendo una de las mejores del mundo.
El Sr Joaquín Folch con los miembros de la Mineralogical Russell Society
Con el realice algunos viajes mineralógicos por Salamanca, Asturias y La Rioja, y conservo en mi colección el regalo que me hizo con motivo  de mi boda, una "chillagita" (descubierta por él), una "millerita" (de su mina en Bellmunt) y una "wolframita" (esta de Panasqueira), las tres, como supondréis, a su interés como pieza de coleccion  hay que añadir el valor sentimental.
A lo largo de estos 53 años, de los 61 que tengo, he desarrollado una labor que me ha permitido tratar, conocer  y en muchos casos hacer amistad con gente del mundo de la mineralogía, desde conservadores de prestigiosos museos hasta comerciantes, mineros  y coleccionistas de todo el mundo; todo ello contribuye a un mayor disfrute de mi afición. Acudo desde hace años a varias ferias internacionales de minerales: Munich, Saint Mª aux Mines, Bolonia y algunas otras salteadas.
Hoy presumo de tener muchos y muy buenos amigos en el mundo del coleccionismo de minerales, entre ellos a José Luis Gonzalez al que considero un gran entusiasta y una gran persona, cualidades que le permitirán llegar muy lejos.

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